Jueves, veintiocho de julio de 1988.
Mediodía.
Mediodía.
Soy feliz. Quedan pocas horas para salir de la cárcel a la que he sido condenada por el delito de nacer en esta familia. Tenían que prohibir a algunos seres engendrar hijos. Siento cómo una mano invisible afloja lentamente las cadenas opresoras. sobrevuelo el lugar donde vivo. Me siento como las cigüeñas, cuando están a punto de abandonar el nido. Tal y como sucede ahora, si mirara las torres de las iglesias que siluetean Euritmia.
Ya he comprado lencería, no mucha, claro. Cuando me he probado los sujetadores, mamá me miraba como si descubriera que ya no soy niña. He demorado las pruebas más de lo habitual, para que comprobara con exactitud, hasta dónde he desarrollado. Miraba y callaba, un poco azorada. Por si no estaba claro, he acentuado los gestos que subrayan que soy una mujer. No ha hablado hasta que hemos abandonado la tienda, y ha sido para sermonearme, como siempre; para recordarme que el exterior está lleno de peligros, y de hombres libidinosos que acechan a las castas y puras jóvenes para que pierdan lo que no se debe de perder, “Hasta la noche del día en que te cases con el hombre que te corresponda. Un hombre digno de la posición de tu apellido”. Ha continuado, como si nada. Yo estaba a punto de explotar.
— Mila, ten mucho cuidado. He visto que no eres una niña, ni siquiera una jovencita. Eres una auténtica mujer. Y no puedes negar tu procedencia...
Interrumpí, cargando mis palabras de todo el efecto que quería
— ¿Ya salías con papá?
Me miró como si no me entendiera.
— Quiero decir, que si con mi edad, ya salías con papá
— No vuelvas con eso—. Le dolía reconocer que ella fue joven y tuvo las ansias que ahora tengo—.Te repito que eran otros tiempos. Es verdad — trataba, acaso por vez primera, de ser algo condescendiente —, que has crecido y me imagino los sentimientos que rondan por tu cabeza, y, sobre todo, por el corazón, pero hazme caso: la vida ha cambiado. Antes éramos más responsables, teníamos más respeto, más dignidad. Madurábamos antes.
— Mamá, eso son tonterías. Lo que ocurre es que, mientras la vida sea vida, los padres pensarán de sus hijos que son bebés a los que deben de proteger ante cualquier situación. Crecer no sólo nos hace mayores a los que crecemos, si no a los que nos veis.
— ¡Qué cabeza tienes!—. Suspiraba, acaso con resignación —. Está visto que no se puede contigo.
Sigue haciendo un calor loco.
Esta tarde te llevaré una maleta, siento que la puerta se abre. ¡Qué pronto la franquearé...!
(Continuará)
16 comentarios:
Si dejas a tus lectores con la miel en los labios, a lo mejor monto un negocio! Es broma, los habituales saben que la he leído, pero con una ventaja: de un tirón.
Así que compadécete de ellos y sube al menos dos jornadas, que es una novela que engancha como la vida misma.
Me sigue encantado releer.
Un beso, Amando.
Sabes que me sorprende que por esos años, a pesar de los siete mil y más kilómetros que separan España y Cuba, los padres hablaban en el mismo modo, recuerdo mis tías como me estimulaban a ser el conquistador, pero con mis primas les faltaba poco para ponerles la cintura de castidad, jejeje.
Sobre una cosa lleva razón Mila, para nuestros padres no somos nunca demasiado adultos para saber lo que debemos hacer.
Esperando el próximo capítulo, te mando un abrazo.
Leo
Aquí sigo....leyendo. Un abrazo extendido.
Capítulo de calma:
La niña se siente con cuerpo de mujer y con deseos de mujer y por primera vez reconoce en su madre a la adolesente que fue, a otra Mila con cuerpo erotizante y deseo.
Diferentes en cuanto a aspiraciones de ringo-rango (para lo que le sirvió) y al parecer en que su ambiente familar no era tan trágico ( o ella no era tan rebelde)
También se muestra provocadora y exhibicionista ¿quiere quizar avisar a su madre de a dónde va exactamente?.
La pobre que no se entera de nada y cree que por el hecho de ser progenitora aún le ampara la autoridad, se limita a consejitos inocentes y manidos sin profundizar.
Bueno, tampoco hay que pedirle peras al olmo.
Hoy respiro más tranquila. Llegar llegará el dolor, pero de momento me conformo con los vestidores de las lencerías que son bastante agradables.
Un abrazo Á
Isolda:
¿Lo dices en serio?
Se puede reprogramar. Pero me parece (por eso he hecho esta división) que de lo contrario quedaría muy largo. También se podría pensar en publicar a diario.
Eso tampoco me plantea excesivos problemas, en unas horas quedaría el tema resuelto.
Leonel:
Creo que no sólo en España o Cuba (incluso, aunque más atenuado hoy en día sucede lo mismo), sino que en buena parte del mundo, sobre todo allá donde la herencia latina sea importante.
emejota:
Muchas gracias por tu seguimiento.
Pregunta directa: ¿Publico a diario, aumento la extensión de las entradas?
Ángeles:
Yo creo que Mila lo que pretende es despertar a su madre, que se dé cuenta que no es una niña, pero efectivamente para ella, para la madre digo, no se trata de que Mila sea o no una niña, sino de que es parte de una estirpe.
Hay una frase en El Quijote, no sé si la recordaréis..."Peor no meneallo" que yo traduzco aquí como:"Mejor no meneallo"...Vamos esa es mi opinión, es decir, yo dejaba la publicación de los capítulos como la tienes programada.
Yo también creo que así está bien, para saborearlo y tener tiempo de comentar.
Lo que pasa es que como Isolda ya se lo sabe...
la herencia latina o judeocristiana es caricaturizada en la madre judía: mi hijo hace esto, mi hijo hizo eso, mi hijo, mi hijo... ¿Y las hijas? con la cintura de castidad que dice Leonel, a perpetuar la casta.
Como Ángeles pienso que si quieres que comentemos dos entradas cada semana bastan, ya que hay unas muy largas.
Flamenco, Ángeles, Catherine:
Gracias por vuestras respuestas a esta encuesta tan subjetiva.
Entonces lo dejaremos así de momento.
Creo que tres entradas a la semana están bien, sobre todo porque algunas son muy largas, efectivamente.
Sí, hay tres entradas a la semana, vale vale.
Bueno la coversación de este capítulo
me recuerda bastante a mi época. Pero el caso es que yo creo que nací algo adelantada al al tiempo. ¡Era muy revele! Muy bonito este también. Como dice Isolda, si, que engancha.
Besitos para todos.
Con tu permiso Amando.
Siempre que leo a emejota, le quiero mandar un saludo; no se me olvida que hemos compartido personas estupendas y lugares repletos de arte, en Segovia. Cuánto siento no haber coincidido, pero otra vez será.
Así que te envío besos extensivos.
Isolda:
Y sin mi permiso.
La verdad es que fueron por muy pocos días. Como bien dices otra vez será.
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