Cómplices

Advertencias y avisos

Querido lector, querida lectora a partir de este momento, Euritmia en la Red ha eliminado de sus contenidos la novela corta "Alas rotas", cuya primera versión fue escrita en el verano de 2003.
Como explico en el post correspondiente la razón se debe a que la editorial "La Esfera Cultural" ha decidido publicarla en papel.
Puede adquirirse si pulsáis en ESTE ENLACE

VERSIÓN EN AUDIO DE ALAS ROTAS

Introducción a la versión en Audio.

jueves, 3 de febrero de 2011

Fin de trayecto. Parte quinta. Capítulo 53

Viernes, veintiuno de abril de 1989.
Atardecer en el tren.

Fue un hermoso y apetecible sueño mientras duró. Me refiero a la idea de que en esta ocasión no me habían seguido. Sigo siendo la niña infeliz que en el fondo siempre he sido. Debe ser tan fácil seguirme, que no necesiten estar siempre detrás de mi nuca para hacerlo.
Cuando he llegado a la estación, he comprobado con la misma sensación, supongo, que quien confirma que le han desvalijado la casa, la presencia de un hombre, taciturno lector de periódico, con toda la pinta de haber estado sentado en ese lugar durante horas y horas. Vamos, que me estaba esperando hacía rato. Este individuo, al que he mirado con descaro y enfado no bajó conmigo en la estación. Es más, yo diría que no estaba en el tren. Puede ser que me hayan seguido por carretera. Se llega antes que en el tren. También puede que una vez enterados de mi destino, hayan llamado a alguien de por aquí, aunque eso es demasiado arriesgado, pues podría haberme bajado en cualquier otra estación para despistar. Pueden haber hecho algo combinado, para no levantar sospechas: uno me seguía en el tren, otro me esperaba en el pueblo... En fin, que sigo siendo la joven inocente que vivía en Euritmia ajena a que tanto mal anidara por este mundo. Al fin y al cabo existe el teléfono, el fax, hay polis por todas partes, y por lo que tengo visto, el brazo de Ricky llega hasta extremos insospechados. Lo único cierto, es que estos dos días también he estado controlada. Desde luego, no dentro de la fonda, sino de una manera más discreta y a mayor distancia. ¿O también dentro de la fonda? Como siga con estas elucubraciones voy a acabar paranoica. Si es que no lo estoy ya, porque ese hombre, podría ser un simple ciudadano que estaba esperando al tren para subirse en él camino de Madrid, como yo misma.
Imaginemos, que a él le persigue una mafia, y piensa que utilizan a una jovencita de aspecto inocente para seguirle, o sea a mí. Si me dijera eso ahora mismo, creo que me estaría riendo hasta el día del juicio.
Sí, definitivamente estoy loca.
Debo aburrirles, aunque Ricky dirá, que si no es por aquella casualidad, la mosquita muerta, se refiere a mí, claro, habría organizado un jaleo de mucha consideración.
Yo sé que no es cierto, que mi única aspiración era Enrique, pero cualquiera se lo hace creer al macarra ese...
En fin, por lo que se ve, sigo siendo un juguete peligroso para ellos. Me controlan, pero me desean. Sueños rotos en cientos de pedazos que seré incapaz de reconstruir. La libertad está ahí tan cerca, casi la toco con los dedos, y, sin embargo está tan lejos.
De nuevo, otra semana abriéndome de piernas, y llenándome la boca para que unos penes insatisfechos y ridículos, queden saciados por la pericia de la joven Venus.
¡Qué asco!


Continuará...

7 comentarios:

emejota dijo...

Hay cosas que todavía no entiendo, serán cosas generacionales, digo yo. Lo cierto es de haberme sentido perseguida, me habría buscado las vueltas para transformarme de tal forma que no me reconocieran y desaparecer. Fíjate en Navidad disfrazada de Papá Noel en un sitio donde hayan muchos iguales, les das el esquinazo, te redisfrazas en el servicio de cualquier gran almacén y voila. ¿O no? y soy mas inocente que un torrente. A lo mejor he visto demasiadas pelis. Un fuerte abrazo extendido.

Flamenco Rojo dijo...

Capítulo que me ha resultado muy corto y lleno de elucubraciones por parte de la protagonista…Realmente se está volviendo loca.

Un abrazo.

Unknown dijo...

La sensación es esa Flamenco, creo que Ricky logro lo que quería, Mila siente miedo hasta de su sombra. Desgraciadamente.
Este capitulo se me quedo cortito cortito.
uffa.
Un abrazo, Amando.
Leo

Ángeles Hernández dijo...

Es normal que Mila elucubre y se sienta un poco ridícula, a todos nos pasa cuando tenemos mucho miedo y un detalle cualquiera nos genera la ilusión de que ya no hay nada que temer.

El miedo paraliza y bloquea ¿cómo no va a estar la pobbre chica un poco perturbada? y con todo lo que lleva encima en sólo unos meses ¿cómo no estar aco----dita?.

¿El próximo capítulo sorpresa?.

Un abrazo de Á.

Isolda Wagner dijo...

Sólo tuvo un rato para evadirse y disfrutar e algo limpio y tranquilo y al volver a la estación ¡zas! los miedos de nuevo la acosan.
Besos como siempre para ella y para ti Amando.

catherine dijo...

Creo que el miedo no le deja un solo instanto de lucidez, piensa en una cosa e inmediatamente después piensa en lo contrario.

Marina Filgueira dijo...

Hola a todos/as:
Acabo de leer de un tirón estos capitulos que tenía atrasados por un problemita en mis ojos... y es que a los años todo se arrima.

La pobre Mila, mira tadas las posibilidades de como pueden seguirla.
La envuelve un miedo atroz, tampoco es para menos... sólo hay que ponerse en su pellejo... Y no me extraña nada que se esté volviendo loca.

Deseo tanto como ella que llegue esa mayoria de edad tan deseada.

Mientras tanto le da mucha vida, esas salidas en tren hasta la fonda, así se relaja pasea al aire libre respira profundo, come mejor, duerme y sobre todo piensa! Y escribe en su querido diario.

Gracias Sr Escribidor por tanto deleite. Es un verdadero placer. Un abrazo y ser felices.